sábado, 23 de abril de 2011

23 de Abril

Y así es como llegó el día indicado y San Jorge partió en busca de un destino que ya conocía. Pues estaba escrito que él daba muerte al dragón y se casaba con la princesa.

Así fue como San Jorge llegó al pueblo. Cabalgaba en un hermoso corcel blanco, vestía armadura y sostenía una larga y afilada espada. No tardó en encontrar el castillo y ver al dragón. Enorme, temible, de larga cola y afilados colmillos. Y le dio muerte, pues era bien conocida la destreza del caballero.

Rápidamente entró al castillo e imaginaos cuál fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que éste estaba vacío. Ni rastro de la princesa. Frustrado y confuso San Jorge volvió al centro del pueblo y, para su sorpresa, no fue bien recibido.

Los aldeanos lo miraban furiosos. Uno se le acercó y cuando le preguntó por la princesa éste le contestó:

¿La princesa? Se marchó. Cansada de esperar a que llegara el día en que iba a ser salvada decidió coger las riendas de su propio destino. Un buen día se armó de coraje y decidió sortear al dragón. Pudo darle muerte, puesto que se hizo con una buena espada. Pero el derramamiento innecesario de sangre no iba con nuestra princesa. Al fin y al cabo aquél era un buen dragón. Daba de comer al pueblo, puesto que mucha gente venía hasta aquí solo para verlo.

¿Qué dónde está ahora la princesa? Quien sabe. Unos dicen que se marchó a la ciudad y ahora es la orgullosa dueña de una posada, otros que se fue a un pueblo cercano, se enamoró de un aldeano y ahora vive una vida modesta pero feliz. Otros incluso dicen que la emoción de escapar del dragón hizo crecer en ella la aventura y ahora rescata caballeros en apuros.

En tal caso, no está aquí. Llegas muy tarde caballero. Así que vete, coge tu estúpido valor, tu afilada espada, tu caballo y márchate. Pues no queda nada aquí para ti.

San Jorge se marchó sin entender muy bien la situación. Parecía que las cosas habían salido horrorosamente mal. Y eso que el había cumplido su papel a la perfección...

Y es que parece ser que ni el los cuentos las princesas esperan por siempre.

domingo, 3 de abril de 2011

Tarde de Sábado

Si solo existiéramos tu y yo...
... habría querido detener el tiempo.
















Temo que me pidas algo que no se si puedo darte...