martes, 18 de enero de 2011

El sonido del silencio

- No te entiendo – dijo, rompiendo el silencio inicial.

Volvían a estar en el mismo lugar. La misma sala que albergaba otros tantos recuerdos. El escenario era el mismo y, sin embargo, los actores eran ligeramente diferentes. Ella ya no era la misma. Y él era un actor que se había quedado sin papel hacia meses y que volvía a pedir explicaciones. ¿Qué más podía decirle? Simplemente, no encajaba. Suficientes lágrimas le había costado a ella aceptarlo. Pero había deseado tanto que si lo hiciera...

- De verdad, no logro entenderte.

El reiterado sonido de su voz la hizo salir de su ensimismamiento. De pronto se sintió como una tonta. Debía de llevar más de un minuto allí plantada, viendo a través de el, pensando. Por un momento había vuelto a dudar. Pero la decisión ya estaba tomada, no había vuelta a atrás. Sabía que debía hacer.

Compuso una media sonrisa.

- Y no espero que lo hagas. Ya no. - confesó, mientras hacia un ligero movimiento de negación con la cabeza.

Las palabras sonaron amargas, sin bien no era lo que ella pretendía. También sonaron a final, a últimas palabras del guión que no hace tanto compartían. Y entonces volvió el silencio. Un silencio acompañado solo por el sonido de sus pasos al marcharse, pues instantes después de pronunciar las palabras que cerraban la historia ya se alejaba por las escaleras que la llevaban a la última planta.

Tac tac tac. Decían sus tacones, asemejándose a las manecillas de un reloj. Tac tac tac.

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