miércoles, 17 de marzo de 2010

Confidencias

Mientras hablábamos de la situación que mantenían desde, hacia ya, más de un mes, me decia...
"Solo espero que si ella no me quiere ya y nunca mas voy a estar con ella... que se me pase esto por dios, que se me pase pronto
. Porque te juro que un dia voy a explotar".
¿Cuántos nos habremos encontrado en la misma situación? Yo incluida... y no es una lista en la que le guste estar a nadie. Con todo esto he recordado una historia que leí, que dice así.

"La brisa helada araña las lunas de los coches, balancea las hojas de los árboles, golpea las ventanas de las casas, se cuela bajo los portales de las fincas dormidas.
La calefacción del automóvil aparentemente reconfortante pugna por salir al exterior, por morir ahogada.

Los semáforos parpadean perezosos iluminando intermitentemente las marcas viales que bailan al ritmo de los neumáticos. Su siseo invita a adormecerse, sin embargo el desfile de edificios ejerce un efecto hipnótico sobre mi.
En la radio Ana Belén destroza el mes de Abril mientras el limpia parabrisas lame pedazos de lluvia que se estrellan en el cristal.

- No te duermas.
- No me duermo.
Rojo.
Nos detenemos.
Su mano se desliza del cambio de marchas a mi muslo.
Siento el impulso de apartársela pero me contengo. Todo sería tan fácil si pudiera quererte.
Sensación de deja vous.
Esta misma escena la vivimos hace años.
No ha cambiado nada.
Sigo mirando las calles desiertas apoyada en el cristal de la ventanilla, y limpio el vaho que no me permite ver como la luz mortecina de las farolas convierte en verde el gris que cubre los árboles de las avenidas.
Arranca.
Dejo de sentir su mirada en mi nuca.
Respiro.
Falta menos para llegar a casa.
El maldito camión de la basura nos hace detener.
- Últimamente no te veo conectada.
- Estoy muy ocupada.
Un relámpago ilumina parcialmente el cielo a lo lejos.
- Tampoco contestas los mensajes al móvil.
- Estoy muy ocupada.
- Eso ya lo has dicho.
- Será que es verdad...
Las luces anaranjadas del camión traspasan las gotitas que caen lastimeras. Las de los cristales también.
Llegamos.
- ¿Llevas las llaves?
- Creo que sí, de todos modos hay luz.
- No empiezo a trabajar hasta la semana que viene. Si encuentras un hueco llámame.
- Lo intentaré.
Tercera mentira de la noche.
El frío me abofetea al salir del coche.
Es una sensación extrañamente gratificante que se esfuma al entrar en casa.
El gato aparece de la nada y se enrosca en mis pies.
Lo cojo en brazos.
- ¿Qué tal el cine?
- Bien
- ¿Seguro?
- Si, mamá. Es por la peli, era muy triste."
FUENTE: Insomnio de Turandot (http://imsomnio.zonalibre.org/)

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